La capilla, construida en 1683, alberga un grupo de estatuas de Agostino Silva, finalizado en 1688, fecha grabada en tres puntos de la escena que presenta un alegre reparto de diferentes rostros y expresiones con detalles —la lente de lectura, las gafas, los libros, los imponentes sillones— que enriquecen la narración. Aún se desconoce el pintor que creó la refinada arquitectura del Templo, poblado por personajes decididos al diálogo; los Profetas y Reyes bíblicos se sientan en la bóveda, mientras que el Padre Eterno se asoma en el ábside.