Cappella 43

El Santo Sepulcro

Reproduce el lugar donde fue enterrado Cristo en Jerusalén y está dividido en dos espacios: el primero con la figura de María Magdalena en un nicho, el segundo con el sarcófago de piedra que contiene una escultura de madera de Cristo muerto, que data de finales del siglo XV. A ambos lados de la puerta de entrada, dos pequeños nichos albergan la calavera del fundador del complejo, el padre Bernardino Caimi, y un fragmento de la columna de la Flagelación.

La capilla del Sepulcro fue la primera que se construyó en el Sacro Monte y, como explica la inscripción de la puerta de entrada, fue construida a expensas del noble de Varallo Milano Scarognino, dentro del proyecto de reproducción de los lugares santos concebido por Caimi "para que pudieran ver Jerusalén los que no pudieran viajar", y finalizada en 1491.
De la antigua disposición se conservan el sarcófago de piedra, la estatua de madera policromada de Cristo muerto y la de María Magdalena, un maniquí recubierto de telas enyesadas pintadas, acabados sólo en las partes visibles (la cabeza y las manos) de la primera década del siglo XVI. A principios del siglo XVIII, se construyó el oratorio bajo la celda del Sepulcro. Las paredes y las bóvedas fueron pintadas por Tarquinio Grassi de Romagnano (1707) y las telas son de Grassi y del pintor milanés Lucini. En 1945-1946 las paredes de la cámara sepulcral fueron decoradas por los hermanos Bacchetta y se realizó la nueva urna de mármol; en 1947 se construyó el altar barroco del oratorio.
En el exterior del Sepulcro, en un nicho, hay una estatua de terracota de Bernardino Caimi que sostiene una maqueta del Sacro Monte, realizada por Giovanni d'Enrico en 1638. Bajo el pórtico, no muy lejos, se encuentra la piedra que, según la tradición, se encontró durante las excavaciones para la construcción del Sepulcro, y que se dice que es similar a la que en Jerusalén cerraba la entrada.

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